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Esempi di tecniche applicate con successo per combattere flagelli letali

Operación Balmis España

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Las cifras de la operación Balmis: 20.000 intervenciones en 98 días de lucha

El Ministerio de Defensa celebró el pasado jueves un acto en la sede del Mando de Operaciones para reconocer el trabajo de las Fuerzas Armadasdurante la operación Balmis contra el coronavirus, en la que los militares han llevado a cabo casi 20.000 intervenciones en 2.300 poblaciones de toda España a lo largo de 98 días de lucha.

En el operativo histórico han participado 188.713 efectivos. Del total de intervenciones, más de la mitad, 11.061, han sido desinfecciones. De éstas, 5.300 se han desarrollado en residencias de mayores, 3.477 en hospitales y centros de salud y 1.340 en centros sociales. En el ámbito logístico, el ministerio ha realizado 70 vuelos que han permitido el transporte de 160 toneladas de material sanitario. Además, las Fuerzas Armadas han instalado 20 hospitales de campaña y han traslado a 1.200 pacientes.

La ministra Margarita Robles en su intervención en el acto de cierre del operativo ensalzó el trabajo de los militares. “Habéis escrito una página heroica en las Fuerzas Armadas en periodo de paz y habéis contribuido una vez más a que la ciudadanía española sepa que puede sentirse muy orgullosa de vosotros”, destacó.

“Todos sois héroes, pero héroes silenciosos, callados y con los que la sociedad puede contar”, dijo la ministra. Y recordó los “duros momentos” que se han vivido y que el único objetivo de la operación “ha sido salvar vidas y estar al lado de los más vulnerables”, y, aunque no se han podido evitar muertes, “habéis estado allí donde ha sido necesario”.

Por su parte, el jefe de Estado Mayor de la Defensa, general del aire Miguel Ángel Villarroya, resaltó que las Fuerzas Armadas han cumplido con su misión de preservar la seguridad y bienestar de todos los españoles, “dando ejemplo de entrega, generosidad y eficacia”. Villarroya subrayó que los militares fueron los primeros en intervenir una vez decretado el Estado de alarma, sin “detrimento de otras de sus misiones como las operaciones permanentes en el territorio nacional o de los compromisos en misiones internacionales”.

El comandante del Mando de Operaciones (Cmops), teniente general Fernando José López del Pozo, ha sido el encargado de coordinar y dirigir a los cuatro mandos componentes (los tradicionales terrestre, marítimo y aéreo junto con el Mando Componente de Emergencias que aglutina los efectivos de la UME) así como la Guardia Real y la Inspección General de Sanidad de Defensa (Igesandef).

Cuatro han sido las líneas de actuación en los que ha estado basada la operación Balmis: seguridad, apoyo logístico, desinfección y apoyo sanitario, y montaje de hospitales de campaña, campamentos y albergues.

Medalla a los militares

Defensa creará en las próximas semanas una medalla específica, que, con carácter general, premiará a todos aquellos militares que han intervenido en la operación Balmis. El Boletín Oficial de Defensa (BOD) además recogía este viernes más de un centenar de cruces al mérito militar, naval y aeronáutico y menciones honoríficas, con carácter extraordinario, concedidas en el marco del despliegue.

¿Qué es la Operación Balmis?: crisis sanitaria del COVID 19

Publicada el  por Iniseg

Operación Balmis

Debido a la pandemia del coronavirus, todos los países están tomando medidas para la seguridad de sus ciudadanos. España puso en acción la Operación Balmis, a cargo de las Fuerzas Armadas del país.

¿Cuál es su misión?

Operación Balmis

Esta operación militar fue nombrada “Operación Balmis”, en homenaje al médico militar español Francisco Javier de Balmis, quien fue el responsable de la expedición que llevó la vacuna de la viruela a América y Filipinas.

A principios de marzo, el Ministerio de Defensa desplegó la Operación Balmis, para luchar contra la propagación del coronavirus, sacando a los militares a las calles de toda España.

Se desplegaron 1.000 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), los que están repartidos en 14 ciudades del país y según las necesidades irán extendiendo su actuación a todo el territorio.

El Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya, ha explicado que su misión fundamental es la inspección de infraestructuras críticas y desinfección de aquellas zonas donde se pueden producir aglomeraciones, como estaciones de tren, autobuses y metro.

La Operación Balmis no para, con 1.107 militares desplegados hasta esta fecha y unas 230 actividades asignadas para el día, continúa su trabajo de apoyo.

El trabajo está bien repartido entre los militares, mientras algunos salen a las calles a cumplir sus actividades, otros se dedican en sus unidades a las tareas de organización, coordinación, logística y sanidad, con el único propósito de mejorar los procedimientos cada día, para así combatir el Covid-19.

El Batallón de Transmisiones de la Unidad Militar de Emergencias (BTUME), es una de las unidades que está trabajando en el campo del avance en la eficiencia de los trabajos que se están realizando.

La UME ha recibido dos drones de parte de dos empresas particulares, para poder agregarlos a los ya desplegados hasta el momento por la unidad.

Serán utilizados en las tareas de desinfección en grandes áreas, ya que sus diseños originales son para el sector agrícola (campos, bosques y grandes superficies).

Más específicamente, se trata de un dron AGRAS-MG1entregado por la empresa Stock RC, y el otro se trata de un dron DRONEHEXA XL, cedido por Drone Tools.

Ambos drones han estado realizando pruebas de nebulización sobre un campo abierto y un vehículo, a una altura aproximada de tres metros, obteniendo resultados satisfactorios con ambos.

Estos drones tienen una capacidad de 10 litros de carga útil, por lo que podrían llegar a fumigar/nebulizar aproximadamente media hectárea, en el caso del primer modelo y una hectárea el otro, por cada carga de batería.

Operación Balmis

La UME ha tenido mucho trabajo, en diferentes actividades designadas en varias provincias de España. Cada batallón se despliega a una ciudad determinada, donde desinfectan las áreas más contaminantes y contaminadas.

Ya casi finalizando marzo, los efectivos militares que participan en la Operación Balmis son casi  2.700, desplegados a través del territorio español, para luchar contra el coronavirus.

Empezaron 910 militares desplegados en siete localidades, de los tres ejércitos y de la UME y al día de hoy, hay implicados 2.682 militares en 135 localidades.

Desarrollo del trabajo de la Operación Balmis

El trabajo se ha centrado en cuatro áreas, a cargo de los tres ejércitos de las Fuerzas Armadas:

  • Seguridad: apoyando a la Seguridad con una importante labor de presencia en las calles y puntos críticos. También apoyando a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, especialmente apoyando con la seguridad de las tres centrales nucleares españolas.
  • Apoyo Logístico: este apoyo ha sido mediante el transporte terrestre y aéreo, traslado de enfermos y de fallecidos a los espacios habilitados. Recepción y distribución de material sanitario de acuerdo a las necesidades. En los próximos días se entregará una UCI móvil del Ejército del Aire para el hospital de campaña de Ifema.
  • Capacidades sanitarias: durante estos ocho últimos días, las Fuerzas Armadas han desinfectado cerca de 800 instalaciones sanitarias y residencias de adultos mayores, además, instalaciones de la Administración General del Estado: aeropuertos, puertos y FF.CC, centros penitenciarios, instalaciones de la DGT, etc.
  • Planificación e Instalación de Hospitales de campaña: en Ifema, Alcalá de Henares, 12 de octubre de Madrid; campamentos de emergencia en Ifema de Madrid, FIRA de Barcelona, León, Cádiz, San Fernando, Ceuta y Las Palmas y el reparto de comida.

El trabajo de las Fuerzas Armadas ha sido fundamental, muy eficiente y fructífero, con el propósito de prevenir la propagación del virus Covid-19.

Como previsión, se incrementarán las misiones de colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, como por ejemplo, realizar patrullas mixtas y seguir aportando en lo que se necesite.


Fuentes utilizadas en este artículo:


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Este Máster Oficial en Amenazas Híbridas surge a partir de la gran necesidad actual por ofrecer respuestas multidisciplinarias efectivas a un fenómeno innovador y global de alta complejidad, puesto que la proliferación de amenazas híbridas pone en riesgo a las instituciones de nuestras sociedades democráticas, que requieren un alto grado de profesionalidad a la hora de enfrentarlas.’Operación Balmis’: así fue el mayor despliegue militar en España de la democracia

FERNANDO LÁZARO

@lazaroelmundo

Madrid

Lunes, 30 marzo 2020 – 08:05

“Otra cosa no, pero los militares siempre están haciendo planes de todo”. De esta manera resume un alto mando de las Fuerzas Armadas la actividad que tenían los ejércitos en los días previos a que la pandemia del coronavirus seextendiera por España y el Gobierno adoptara las medidas de contención que culminaron en el decreto del estado de alarma. 

En efecto, si algo define al Ejército es su capacidad para intervenir de forma muy rápida en crisis de todo tipo, como la que se afronta con el Covid-19. Los militares se anticipan a lo que pueda ocurrir en cuanto detectan una amenaza -los “planes de todo”- y tienen recursos que no existen en ningún otro cuerpo del Estado. 

Normalmente no se necesita su intervención, pero cuando esta crisis empezó a estar sin control fueron el recurso natural al que recurrir y se organizó en tiempo récord la operación Balmis. Esta es la reconstrucción, paso a paso, del mayor despliegue militar en territorio nacional en democracia.

10 de marzo: las medidas preliminares

El 10 de marzo, un día después de que la Comunidad de Madrid y el País Vascodecretaran la suspensión de las clases en todos los niveles educativos, las Fuerzas Armadas dieron un primer paso operativo, “pasando del papel a las órdenes”, indica este mando. 

Ese día, el Ministerio de Defensa siguió la decisión autonómica y suspendió las actividades docentes en los centros de formación militar de la Comunidad de Madrid. Además, puso en marcha dos instrucciones con normas de flexibilización horaria y de conciliación para el personal civil y militar para hacer frente a la necesaria conciliación con los menores y las personas mayores.

Durante esa tensa semana, en la que toda España se mantuvo a la espera de que el Gobierno tomara medidas contundentes, las Fuerzas Armadas fueron ultimando los preparativos para intervenir. El viernes 13 de marzo, poco antes de que Pedro Sánchez anunciara que el 15 de marzo se decretaría el estado de alarma, Defensa suspendió las maniobras de todos los ejércitos, lo que tenía un doble beneficio: evitar contagios y tener a toda la plantilla en primer tiempo de saludo para lo que se avecinaba.

El estado de alarma se anunció el sábado 14 -se decretó el domingo 15- y la operación Balmis se puso en marcha, al asumir el Gobierno de la nación el mando único. La ministra de Defensa, Margarita Robles, era una de las cuatro personas designadas con mando en la crisis -junto a Fernando Grande-Marlaska(Interior), Salvador Illa (Sanidad) y José Luis Ábalos (Transportes)- y no era casualidad. 

Militares en la estación de Atocha de Madrid.
Militares en la estación de Atocha de Madrid. JAVIER BARBANCHO 

Las Fuerzas Armadas iban a tener un papel principal en la lucha contra el coronavirus. El nombre elegido para la operación hacía honor al médico militar Francisco Javier Balmis, que a principios del siglo XIX lideró una expedición que dio la vuelta al mundo y que llevó la vacuna de la viruela a las posesiones españolas de América y Filipinas.

14 de marzo: estado de alarma, cumbre en Defensa

El sábado 14 de marzo, día en que el Gobierno iba a decretar el estado de alarma tras un largo y conflictivo Consejo de Ministros, se celebró una primera reunión preparatoria en el Ministerio de Defensa al máximo nivel: la ministra, el jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) -el general del Aire Miguel Ángel Villarroya-, el jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME) -el teniente general Luis Martínez Meijide-, el comandante del Mando de Operaciones -el teniente general Fernando López del Pozo– y los altos cargos de Defensa, incluidos el secretario de Estado, Ángel Olivares, y el subsecretario, Alejo de la Torre

Allí se diseñaron los primeros pasos a dar en el marco del decreto que estaba a punto de aprobar el Gobierno y que pasaban por activar un mando único militar, que el domingo 15 de marzo asumió el Jemad a través del Mando de Operaciones, centralizando así las órdenes a los tres ejércitos, la UME y la Inspección de Sanidad de Defensa (Igesan).

A continuación se produjeron los primeros despliegues, asumidos por la UME, unidad especialmente diseñada para reaccionar con la máxima rapidez. De tamaño limitado (3.500 efectivos), la UME debía ejercer de avanzadilla para dar una respuesta rápida a las situaciones críticas que se estaban produciendo con el coronavirus, dejando luego el paso al grueso del Ejército. 

Primero se empezó con despliegues en las zonas urbanas en las que la UME tiene acuartelamientos –MadridValenciaSevillaZaragozaLeónLas Palmas y Santa Cruz de Tenerife-, donde se identificaron los lugares que presentaban problemas de aglomeraciones –las estaciones de Madrid, por ejemplo, en los primeros días del confinamiento- y se localizaron los puntos óptimos para instalar hospitales de campaña. La previsión ya apuntaba un auténtico desborde, como el que se fue produciendo en los días siguientes.

Soldados del Ejército en la Fira de Barcelona.
Soldados del Ejército en la Fira de Barcelona. EUROPA PRESS

También se procedió a la activación de médicos militares en la reserva (1.500 efectivos) y se dieron instrucciones a la farmacia militar para que incrementara la elaboración de la solución desinfectante hidroalcohólica, así como otros medicamentos genéricos que fueran necesarios para atender la extensión de la epidemia.

En un segundo encuentro del mando único, ese mismo día 15, ya se acordó el reconocimiento de infraestructuras críticas. Al día siguiente, desde Defensa se explicó que las principales misiones de los militares, al menos inicialmente, serían “desinfeccion y vigilancia”.

16 de marzo: servicios sociales y personas sin hogar

El lunes 16 de marzo, el Gobierno incorporó a los militares a una nueva labor: “Un refuerzo de choque de los servicios sociales para asistir a las personas sin hogar ante la crisis del coronavirus, con el apoyo de las Fuerzas Armadas”. 

Apenas un día después de iniciarse el confinamiento de los españoles en sus casas, ya se apreciaba que los servicios sociales se iban a ver desbordados y se movilizaba el apoyo militar. Los soldados realizan desde ese día un seguimientodiario de personas sin hogar y refuerzan centros sociales, reparten alimentación, ayudan en los comedores sociales y habilitan espacios para los más desfavorecidos.

Durante esa jornada, la UME amplió su despliegue a otras capitales de provincia, como GuadalajaraMálagaLa RiojaHuescaTeruelValladolid y Burgos. En total, ese día ya había más de un millar de militares desplegados en territorio nacional.

Además, integrantes de la Brigada Paracaidista de Alcalá de Henares (Madrid) ayudaron al traslado y montaje urgente de 45 camas, donación de dos hoteles de la ciudad, para reforzar las capacidades del hospital de la ciudad, el Príncipe de Asturias. Era la primera unidad del Ejército de Tierra que era movilizada.

17 de marzo: despliegue del Ejército y la Armada

La incorporación de los ejércitos empezó a generalizarse el martes 17 de marzo. El Jemad, que comparece a diario ante la prensa con frases que ya forman parte del universo de esta crisis -“no hay fines de semana en la guerra, todos los días son lunes”-, explicó ese día que ya había 1.820 militares en la operación Balmis: 350 efectivos del Ejército de Tierra, 120 de la Infantería de Marina de la Armada y 1.350 de la UME.

En estos días se generó cierto debate sobre la ausencia de despliegue en Cataluña y el País Vasco, comunidades con gobiernos hostiles al Estado y que rechazan a las Fuerzas Armadas españolas. Pero los militares entrarían en estas comunidades igual que en las demás, pese a alguna confusión inicial. 

El martes 17, efectivos de la UME se desplazaron a la base de Araca (Vitoria) para dar formación sobre desinfección y desinfectar zonas. Había un plan para desplegarse en el aeropuerto de Bilbao, pero se cruzó, según la versión oficial, con una misión en el Hospital de Valdecilla de Santander

Otras fuentes sostienen que el Gobierno nacionalista de Iñigo Urkullu, socio del Gobierno, puso impedimentos a la llegada de los militares al País Vasco y contactó con Moncloa para frenarlos.

Miembros del Ejército en el hospital de Ifema.
Miembros del Ejército en el hospital de Ifema. EFE

El miércoles 18 de marzo terminó por unirse al despliegue el Ejército del Aire. Para entonces ya eran 2.600 efectivos militares trabajando contra el coronavirus. Los soldados del Ejército del Aire, bajo la dirección del Mando Aéreo de Combate, realizaron patrullas.

19 de marzo: entrada en Cataluña

El jueves de 19 de marzo se terminó con el debate de la resistencia nacionalista al despliegue militar en sus comunidades. Ya eran muchos los afectados y los fallecidos por el coronavirus como para atender reclamaciones políticas. El Batallón de Intervención de Emergencias 4, con base en Zaragoza, llegó a Cataluña ese día con 85 militares y 28 vehículos. 

Quim Torra trató de poner obstáculos al despliegue, pero lo cierto es que la Generalitat no contaba con medios suficientes para desinfectar el puerto y el aeropuerto de Barcelona, misiones asignadas a las Fuerzas Armadas.

El domingo 22 ocurriría lo mismo en el País Vasco, con la llegada, ahora sí, de efectivos militares al aeropuerto de Bilbao para desinfección.

20 de marzo: el hospital de Ifema

Puede ser el gran símbolo de la lucha contra el coronavirus. La UME participó de forma decisiva en la puesta en marcha del mayor hospital de campaña de España, unas instalaciones en Madrid con capacidad para 5.000 pacientes. 

En este caso, los militares se pusieron a disposición de la Comunidad de Madrid. Llegaron técnicos del Mando de Ingenieros, Regimiento de Especialidades de Ingenieros del Ejército de Tierra y una teniente coronel de Sanidad, que asesora en la parte médica. A ellos se sumó un comandante de logística de la Agrupación de Sanidad 1 de Madrid, especialista en montajes de formaciones sanitarias desplegables.

Además, se activó un dispositivo para poner en marcha otro hospital en Oviedoy efectivos militares comenzaron a llevar a cabo labores de desinfeción en centros penitenciarios. Una petición, esta última, que se había convertido en un clamor por parte de los funcionarios de prisiones. Además, se hicieron cargo del control de las centrales nucleares.

21 de marzo: entrada en las residencias de mayores

Soldados de la UME en una residencia de ancianos.
Soldados de la UME en una residencia de ancianos. EUROPA PRESS

El sábado 21 de marzo, las Fuerzas Armadas acudieron a las residencias de mayores donde se estaban produciendo situaciones dramáticas con la expansión del coronavirus. A partir de ese día y en los siguientes, fueron revisadas más de 500 residencias en toda España y se realizaron traslados de pacientes y desinfecciones masivas. 

En algunos casos los soldados se encontraron escenas muy difíciles, como la de ancianos conviviendo con cadáveres que no habían podido ser incinerados por la acumulación de cuerpos.

23 de marzo: patrullas y traslado de cuerpos

En el inicio de la segunda semana del estado de alarma ya había casi 3.000 efectivos militares desplegados en 129 localidades. Las Fuerzas Armadas sumaron a sus misiones el traslado de cadáveres en Madrid desde diferentes puntos a la gran morgue que se ha instalado en el centro comercial Palacio de Hielo.

Además, se iniciaron patrullas mixtas con las Fuerzas de Seguridad en lugares críticos, como las zonas de aglomeraciones, los puntos turísticos o las fronteras.

27 de marzo: prórroga del estado de alarma, más efectivos

El Gobierno aprobó la prórroga del estado de alarma el viernes 27 de marzo, lo que implica que las Fuerzas Armadas seguirán movilizadas contra el coronavirus al menos hasta el 11 de abril. Ya se han producido relevos y en la actualidad hay más de 3.300 militares en la operación Balmis, incluyendo los últimos efectivos en incorporarse, los de la Guardia Real.

Casi 2.500 militares recibieron apoyo psicológico tras participar en la ‘operación Balmis’ por la crisis del coronavirus

Jueves, 18 junio 2020 – 17:12

Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) realizan labores...
Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) realizan labores de desinfección en edificios públicos, en Madrid. BERNARDO DÍAZ 

El Ministerio de Defensa ha tenido que dar apoyo psicológico a más de 2.200 militares, fundamentalmente integrantes de la Unidad Militar de Emergencia(UME). Todos han sido asistidos tras su participación en la operación Balmis, desplegada por los militares para hacer frente al coronavirus.

Según explicaron fuentes del departamento dirigido por Margarita Robles, se trata sobre todo de los militares a los que les tocó encargarse de la morgue del Palacio de Hielo, que son los que más han recurrido a la cooperación del área sanitaria de Defensa. 

En concreto, el traslado de los fallecidos desde los hospitales y las residencias, durante las semanas más intensas de afección de la pandemia, es lo que más secuelas ha dejado y lo que más se ha tenido que tratar poco a poco por el área psicológica de los ejércitos.

Desde el principio, los encargados de dirigir la operación Balmis, tras comprobar el volumen de fallecidos diarios, apuntaron la necesidad de preparar un refuerzo para los militares, porque ya era previsible que el desgaste emocional iba a ser enorme.

El peso de las labores de traslado de los fallecidos a las diferentes morgues instaladas en Madrid cayó sobre los hombros de los miembros de la UME, una unidad especial compuesta por algo más de 3.300 efectivos. Solo en el Palacio de Hielo fueron casi 1.200 las víctimas mortales que tuvieron que ser trasladadas por la UME.

Los focos de desgaste

El desgaste, según las mismas fuentes, fue enorme también en la labor que los militares llevaron a cabo en las residencias de ancianos. De hecho, fueron las voces de estos militares, cuando acudieron a estos centros durante los primeros días de caos de la pandemia, los que provocaron la alerta de la situación de los ancianos. “Tenían que convivir con fallecidos”, apuntaron entonces. Esos militares también han tenido que ser asistidos psicológicamente. 

Desde el principio, los arquitectos de la operación Balmis entendieron que la retaguardia en la lucha contra la Covid-19 también debía estar blindada. Los especialistas militares centraron en dos los puntos de desgaste principales: la atención que requieren los que atienden las residencias de ancianos y la que necesitan los que se hacen cargo del traslado de fallecidos a las morgues. 

Este último caso es el que más está afectando a los militares. No en vano, hasta ahora, los traslados se contaban por centenares, todos los días. “Nunca antes nos hemos enfrentado a una situación así”, apuntan desde Defensa. 

El ministerio puso en marcha un dispositivo telefónico de atención psicológica inmediata. Y, además, sus especialistas elaboraron dos manuales con recomendaciones. Uno para el personal sanitario y el segundo, y más especializado, para “toda la fuerza”, para aquellos que tenían que entrar en las residencias de ancianos, para todos los que tenían que coger los cadáveres.

Llamadas telefónicas

Las llamadas se fueron multiplicando con el paso de los días, de las semanas. Con el recuento de cientos de muertos. Con el paso de las unidades por las residencias de ancianos. Las guías fueron elaboradas por la inspección general de Sanidad de la Defensa, por su unidad de psicología.

Como explican desde la UME, antes de las misiones se recibe una preparación psicológica. Recuerdan la preparación que tuvieron cuando acudieron a ayudar en el terremoto de Haití. Tras culminar la misión se ponen en marcha talleres de apoyo, para dar consejos y recomendaciones. Ahora, la asistencia a esos talleres está siendo más numerosa que tras otras misiones.

Según explican desde Defensa, la guía que se puso en circulación al inicio de la operación Balmis tenía como objetivo fundamental que se conocieran los riesgos psicológicos que más relación tienen con su trabajo, así como las pautas que pueden ser de ayuda para manejarlos. 

“La idea básica es potenciar su fortaleza emocional, así como ofrecerles apoyo psicológico. Se trata de proteger su salud mental, de tal modo que no sólo resistan mentalmente durante su intervención, sino que su intervención no derive en la aparición de secuelas psicológicas postraumáticas”.